Es una técnica para monitorear las condiciones de un equipo y pronosticar el punto futuro de falla, para que dicho componente pueda reemplazarse a tiempo, con base en un plan, justo antes de que impacte la disponibilidad y costos del mismo.
Se enfoca en la conservación de equipos mediante la revisión y limpieza, garantizando su buen funcionamiento y fiabilidad. Normalmente, los componentes se cambian de acuerdo a las recomendaciones del fabricante, basado en horas o kilometraje.
Consiste en localizar averías o defectos para corregirlos o repararlos. Los componentes de un equipo se cambian solo cuando fallan, cuando la falla de este afecta otros componentes se aumenta considerablemente los costos de mantenimiento.